miércoles, 9 de julio de 2014

Goa, el recuerdo portugués en la India


Goa, el recuerdo portugués en la India


Publicado en 22/01/2011 por Daniel Terrasa


Dentro de la inmensidad y la variedad del subcontinente indio, Goa merece un capítulo propio. Este bello rincón de la costa occidental de la India está fuertemente marcado por la presencia colonial portuguesa, que ha configurado tanto su aspecto urbano como el estilo de vida de sus habitantes. No sería demasiado exagerado decir que Goa sigue siendo un trozo de Portugal desde aquella época, a principios del siglo XVI, cuando Alfonso de Alburquerque estableció allí una colonia.

Goa, durante sus años dorados, fue uno de los centros comerciales más prósperos de la India. Con el tiempo acabó siendo desplazada por la ciudad vecina de Panjim, que se levanta a tan solo 9 kilómetros de distancia.



La actual Goa es una ciudad grande, pero es en Velha Goa donde encontramos la huella colonial y el legado portugués. Aquí es donde están los edificios emblemáticos y las iglesias en mitad de la espesa vegetación tropical y rodeadas de un silencio  y sosiego impropios de la India. No lejos de allí, en sus famosas playas, la animación y el bullicio es mucho mayor.

Entre los edificios destacables debemos citar la basílica del Bom Jesus, que contiene la tumba de San Francisco Javier. Este es un lugar de peregrinación para los cristianos llegados de todos los rincones de la India. Pero la existencia de estos viejos templos católicos no descompone para nada el espíritu oriental de Velha Goa. El sincretismo religioso entre lo cristiano y lo hindú da lugar a curiosos hallazgos, como que se puedan encontrar en un mismo altar a Krishna, Jesucristo, Shiva y la Virgen María.




En 1961 los portugueses abandonaron definitivamente Goa y sus habitantes aceptaron de mala gana la anexión a la India. Pronto llegaría otra invasión: la del movimiento hippy. Las hermosas playas de Goa fueron un imán irresistible para estos nuevos visitantes. Desde entonces, la fama de este lugar como destino de sol y playa en la India no ha dejado de crecer.

Mientras, Velha Goa vive su tranquila existencia en un segundo plano, alejada del trasiego de los turistas. tanto es así que el visitante se sorprenderá del hecho de que no hay allí posibilidades de alojamiento. Pero es mejor así, ya que tanta belleza merece ser disfrutada con detenimiento. No en vano un viejo dicho portugués decía: “Quien ha visto Goa no necesita ver Lisboa“. Dicho que aun hoy repiten los lugareños, en portugués. El legado sigue vivo.




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